domingo, 7 de diciembre de 2008

Un soneto para el nuevo año: Ernesto

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Ya veo que un año más se me acumula,
pues espera su entrada allí en la puerta.
No tiene que llamar; la dejé abierta.
Su visita me place y congratula.

Y es que mi pensamiento ya especula,
aunque tal vez, con una suerte incierta,
en dejar mi conciencia siempre alerta
en pro de un bien hacer que me vincula

a propósitos limpios de ruindades,
a sanas comprensiones de lo ajeno,
a dejar escapar las vanidades,

a no abrigar tu corazón veneno,
a escuchar la palabra del amigo,
a sopesar un premio y no un castigo.


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